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¿ES ANTIBÍBLICA LA SEMANA SANTA?

 

Casi sesenta años atrás legiones de jóvenes asistían a las salas de cine para ver el estreno de El graduado. Recordemos aquel final tan bien logrado. Benjamin (Dustin Hoffman) llegaba corriendo a la iglesia presbiteriana donde se celebraba la boda de su amada Elaine (Katharine Ross) y tras gritar 20 veces su nombre desde la cristalera del coro, mientras los señores Robinson gesticulaban con odio, la vestida de novia exclamó: “¡Ben!”. La pareja consiguió huir trabando la puerta con una cruz para obstaculizar a los perseguidores, alejándose en autobús mientras se escuchaba El sonido del silencio, una de las grandes canciones de Simon y Garfunkel.

En posteriores coloquios celebrados en colegios mayores o residencias universitarias se comentaron rarezas tales como la ausencia de imágenes en aquella iglesia tan rara y que en la cruz que trabó la puerta faltaba el crucifijo. Era preciso  consultar la biblia, pero nadie tenía una a mano. Y el debate quedaba aplazado hasta conseguir un ejemplar  para buscar información. Hoy cualquier persona puede teclear dos palabras en el Google: decálogo bíblico.   

En el Éxodo (Ex. 20, 1-17) y el Deuteronomio (Dt. 5, 6-21) consta  algo distinto a los diez mandamientos que nos enseñaron a casi todos en nuestra infancia. Veamos: “No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra… No te inclinarás ante ninguna imagen ni las honrarás…” (Ex. 20, 4-5). Y esto: “No harás para ti escultura ni imagen de alguna cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra…” (Dt. 5, 8-9).

Al agrupar de un modo u otro los versículos para que sean 10 preceptos (decálogo) surgen diferencias esenciales entre las religiones bíblicas. En la Wikipedia hay una tabla ilustrativa que muestra las principales variaciones llevadas a cabo. Así, por ejemplo, el precepto ‘No matarás’ es el 5º del catolicismo y el 6º del judaísmo y otra buena parte del cristianismo. Esto dio lugar a una curiosa anécdota. Alguien puso en el tablón de anuncios de la residencia universitaria una nota para difundir que en tal cine se proyectaba un peliculón sobre el 6º mandamiento. La turba estudiantil acudió esperando ver carnaza y escenas de fornicio, pero lo que se vio fue una buena película sobre asesinatos. ¿Quién fue el bromista que escribió aquello? Levantó la mano un mocetón ‘evangelista’ alegando que no fue una broma. Enseñó un librito con el decálogo: “(...) 2º No harás escultura ni imagen (…) 6º No matarás (…)”. Este precepto ocupa el 5º lugar al suprimir el citado 2º. Por cierto, la llamada Santa Inquisición se pasaba por el forro eso de no matar y los condenados iban a la hoguera. Hasta el Dios bíblico actuó con muy poca bondad cuando provocó aquella lluvia de fuego y azufre en Sodoma y Gomorra, causando la muerte de los habitantes (Génesis 19, 24-25).

Sugiero al mundillo cofrade que organice unas charlas en alguna de las iglesias evangélicas para debatir sobre decálogos y procesiones. Visité la de la calle Restoy (nº 73): ausencia de cruz y de imágenes (ver en internet). En las paredes observé unas placas de metacrilato con citas bíblicas, aunque no vi ninguna de mis favoritas, por ejemplo, cuando Mateo se vino arriba y tras la expiración de Jesús escribió que “la tierra tembló y se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos se levantaron” (Mt. 27, 50-54). Estos zombis de Mateo no han sido vistos aún en ningún paso de Semana Santa.

Sobre la resurrección de la carne y la vida perdurable algunos recuerdan lo que pasó en cierto salón parroquial cuando eran mozuelos. En una película se vio que la guillotina decapitaba a los condenados. Se preguntó si en el juicio final estarían con cabeza o sin ella. Este lío se planteó en relación con la circuncisión (Google: santo prepucio). Si Jesús resucitó (tesis cristiana negada por el judaísmo) y subió a los cielos sin regenerar esa parte de su cuerpo, ¿qué pasaría con los guillotinados? Hubo tanto alboroto que el cura amenazó con avisar a los guardias civiles para que fueran al domicilio de los revoltosos, logrando un silencio absoluto ante el riesgo de palizas paternas.  

El Espíritu Santo sestea demasiado y descuida ciertos asuntos. ¿Pudo concebir María por ‘obra y gracia’ suya? En el film Spotlight se cuenta lo que hacían aquellos curas de Boston. En internet hay cosillas del arzobispo Milingo. Finalizaré con una frase vista en uno de los libros de P. Rodríguez: “La verdad os hará libres, y la mentira, creyentes”.

 

José Miguel García Torres

 

Catedrático de Instituto

Jubilado

Publicado el 12-04-2024

TribSS antibíblica

https://www.diariodealmeria.es/opinion/articulos/antibiblica-Semana-Santa_0_1893110799.html